sábado, 23 de mayo de 2020

CREAR, SOÑAR, VOLAR...



Imagen de  Monfocus en Pixabay


Hace un mes surgió la idea de esta entrada, pero, ya sabéis, pasan los días volando y siempre se quedan cosas en el tintero. Sin embargo, nunca es tarde para crear, soñar, volar...

Por fin la otra mitad de España podremos movernos con un poco más de libertad, ¡por fin! Pero, ¿Para cuándo los besos y abrazos? ¿Y el salir sin mascarilla y sin miedo? ¿Qué pasará a patir de ahora? ¿Cómo será eso de la nueva normalidad? ¿Habremos aprendido algo de todo lo sucedido? ¿Qué desenlace te imaginas después de todo este tiempo en casa, aislados, viviendo (y sufriendo) en primera persona este acontecimiento histórico? 

Te sugiero que dejes que la imaginación y los sueños vuelen, los pongas por escrito y los compartas. Por eso te propongo que des a “comentarios” y compartas tu propio final, ya sea a nivel mundial, local, a corto o largo plazo, realista, imaginario, utópico…

Vamos a por el final 1:

Los ciudadanos se dieron cuenta de que vivir rodeados de cemento, como sardinas enlatadas, no era bueno ni sano, que agobiaba y era inhumano. Los que no pudieron (o no quisieron por prudencia) "escapar" a tiempo, soñaban con su segunda residencia en un pueblo.

Cuando acabó el confinamiento, se produjo un éxodo masivo de las ciudades. Unos 500.000 habitantes de Madrid y 20.000 de Segovia fueron a vivir de forma permanente a un  pueblo. De esta manera los que tenían 100 habitantes pasaron a tener 300, los de 400 pasaron a 800 y así es como muchos duplicaron o triplicaron su población y aumentando a su vez los servicios y el transporte público. Las casas derruidas fueron levantadas de nuevo. Las panaderías reabrieron y los antiguos panaderos ya jubilados traladaron sus conocimientos a los nuevos artesanos. Las escuelas que hacía unos años cerraron, volvieron a abrir sus aulas y los pequeños consultorios tuvieron médico y enfermera de forma permanente. Muchos hosteleros que se habían quedado sin trabajo, habían decidido estudiar durante el confinamiento y en unos años pasarían a vivir en el pueblo ocupando los nuevos trabajos de artesanos, agricultores, sanitarios, maestros… 

Las personas se habían dado cuenta de la importancia de la música y el arte y se crearon nuevas escuelas de música, teatros, bibliotecas, etc. De esta manera, la población comenzó a valorar, cultivar sus habilidades artísticas y a demandar más actos culturales por lo que los artistas, lejos de sus previsiones, comenzaron a tener más y más trabajo. Muchos estadios de fútbol tuvieron que pasar a convertirse en auditorios por falta de afición futbolera ya que la gran mayoría prefería jugar a ese u otros deportes que contemplar a los deportistas de élite en el asiento de un estadio o en el sofá de su casa. 

Hubo gente que, tras tanto tiempo encerrada, había comenzado a hacer, además de batas y mascarillas, camisetas, faldas y otras prendas de vestir. Cuando paró el decreto de alarma, comenzaron a venderlo en mercadillos; tenía tanta aceptación que las grandes tiendas de moda, entre ellas Inditex, tuvieron que cerrar sus tiendas en España por falta de compradores.

También cerraron definitivamente las tiendas de chinos. Todo el mundo compraba en bazares españoles (que tras la crisis sólo tenía proveedores de España y Europa) y en las tiendas de su barrio y no solo eso: evitaban las primeras marcas y buscaban productos nacionales. Fue tal la respuesta solidaria, que las grandes superficies tuvieron que ser clausuradas; esto benefició a pequeños productores locales que recuperaron en poco tiempo lo que habían perdido y, en consecuencia, se fue reduciendo paulatinamente la exportación y la importación de productos.

Es así como la economía, lejos de lo que se pensaba, se fue recuperando por el aumento del consumo local y la huella de co2 no volvió a estar a los niveles tan elevados anteriores al confinamiento.

Bueno, paro ya, que esto engancha.



Se puede continuar esta historia o crear una nueva. ¡A crear, soñar, volar...!

domingo, 15 de marzo de 2020

EL DÍA EN QUE LA TIERRA MAULLÓ DESESPERADAMENTE

Hace unos años paseaba con mi amiga Bea por Valsaín y, al pasar cerca de un contenedor, escuchamos unos gatitos maullando desesperadamente. Tras pensar qué podíamos hacer, optamos por rescatarlos y cuidarlos entre las dos hasta que apareciera (que afortunadamente así fue) alguien que quisiera quedarse con ellos. 

Sin embargo, al sacarlos del contenedor, dos de ellos estaban bien, pero había uno moribundo al que ni el maullido le salía, y en vista de la situación y de que había poco que hacer por él, decidimos dejarlo.

Unas semanas después nos enteramos de que tras rescatar a los dos gatitos, había pasado por el mismo sitio una chica y había escuchado maullar fuertemente al tercero, por lo que le sacó del contenedor y su perra le amamantó hasta que, al cabo de un tiempo, murió.

Me parece impresionante lo que es el instinto, cómo ese gatito, cuando tenía a sus hermanos, dejó que ellos se encargaran de pedir ayuda, pero cuando se vio solo sacó fuerzas de donde no las tenía y consiguió que alguien le escuchara.

Estos días me estoy acordando de la historia porque hoy es la Tierra como el tercer gato. No es que esté en un contenedor; es que la estamos convirtiendo en un inmenso vertedero. Y sí; hay quienes están gritando por ella , pero lejos de ser escuchados, están siendo asesinados. Por eso ha llegado la hora de que la Madre Tierra se ponga a “maullar” desesperadamente.

Es, también, como si la Pachamama se hubiera convertido en Mafalda y hubiera lanzado su grito: “¡Paren el mundo, que me quiero bajar!”.



También, confieso, que llevaba unas semanas pensando hasta qué punto es necesario el ritmo frenético que llevamos. Todo esto surgió porque, coincidiendo con las semanas en las que tenemos menos luz, varios de mis alumnos, al preguntarles cada mañana cómo están, me decían que mal porque sus padres/madres les habían levantado muy pronto. Entonces yo me preguntaba: ¿es realmente necesario levantarse en invierno cuando todavía hay oscuridad para meterse en un colegio? ¿Es necesario que los padres tengan que madrugar para ir a trabajar para ganar dinero para poder tener una casa, coche, y que sus hijos puedan tener de todo pero pagando el precio de tener que ir a madrugadores, al comedor, y de no estar con sus progenitores? ¿Es realmente necesario levantarse a las 6 de la mañana para ir a trabajar y llegar a casa cuando ya ha anochecido? ¿No sería mejor llevar un ritmo más acorde a los ritmos de la Tierra?

El martes, volvía a casa y vi un amanecer lunar impresionante; el jueves había una delicia de puesta de sol; anoche las estrellas brillaban a lo grande. Para esos pequeños-grandes milagros de cada día no es necesario viajar. ¿Por qué no pruebas a apagar la televisión, coger los prismáticos y contemplar lo que el ritmo diario nos oculta? ¿Por qué no pruebas en estos días a hacer tu propio pan, bollos de canela..?

Gracias a todos por los menajes bonitos, graciosos, de solidaridad, gratitud… Nosotros también hoy saldremos a cantar “resistiré”. 


Pueden darse muchas lecturas a lo que está sucediendo; ojalá nos tomemos este tiempo como una importante reflexión más allá del miedo. Ojalá, cuando pase todo, y a partir de hoy, seamos capaces de construir “un planeta libre”.


P.D: No dejes de leer esta reflexión de Francesca Morelli y "El virus que quería abrirnos los ojos", de Eduardo Soto. 

jueves, 27 de febrero de 2020

PANDEMIAS SILENCIADAS



Una noticia de abril de 2019 dictaba que Más de 100 millones de personas pueden morir de hambre.  Pero esto no esto no es noticia, esto no es pandemia, esto no urge solucinarlo. 

Mientras, paradójicamente, La obesidad es responsable de la muerte de 4 millones de personas al año.  Pero nos siguen bombardeando con publicidad engañosa, incitándonos a comer alimentos insanos independientemente de que afecte a nuestra salud.

Además, La contaminación ambiental causa 800.000 muertes al año en Europa. Pero la Cumbre del Clima, celebrada a finales de año en España, fue un auténtico fracaso.

Por otra parte, “La guerra deja miles de muertos cada año en todo el mundo”. Y El mundo bate su propio récord de refugiados con 70 millones de personas huyendo de la violencia. Pero los gobiernos, lejos de intentar frenar los conflictos armados, siguen vendiendo y comprando armas para lucrarse a costa de la guerra, dejando que la sociedad civil muera cruelmente y se desplace en condiciones pésimas.

Y no, aunque podría, no voy a tocar más ámbitos; esto es suficiente para pararnos a pensar.

¿Qué sucede, entonces, con el Coronavirus? ¿Por qué está todo el mundo alarmado mientras cientos de miles de personas mueren por causas evitables sin que nadie haga nada por frenarlo? ¿Por qué ponen cada día nuestra vida en peligro, por ejemplo, a nivel de salud alimentaria o medioambiental y la noticia de un virus desborda de repente las noticias como si fuera lo que más muertes causa o va a causar en el mundo este año cuando sabemos que no es así?

PAREN DE ENGAÑARNOS, PAREN DE METERNOS MIEDO, PAREN DE GUIAR NUESTRA FORMA DE PENSAR, SENTIR, ACTUAR O NUESTRAS PREOCUPACIONES. QUE PARE DE UNA VEZ LA DOCTRINA DEL SHOCK.


P.D.: La televisión (además de los medios de comunicación-desinformación-sobreinformación) es el opio del pueblo. Apágala antes de que siga atentando contra tu vida, tu salud física y mental, tu felicidad…