lunes, 23 de marzo de 2009

TODA UNA VIDA EN UNA MAÑANA

Me encanta la montaña.

En ella siento tanto y tan variado como en una ensalada.

Me siento valiente,
aventurera.
Río,
me canso,
hago crujir la nieve con mis pisadas,
contemplo,
me dejo sorprender,
rozo el cielo,
me resbalo,
me caigo,
me levanto,
siento una mano amiga,
hablo,
escucho,
me dejo llevar por la melodía del silencio.
Tomo conciencia de que se llega más lejos y más alto cuando vas bien acompañado.
Comparto historias,
minutos,
galletas.
Me esfuerzo,
me dejo acariciar por el aire,
alcanzo la meta,
vuelvo a la realidad…

Un día de montaña es como un pequeño resumen de lo que es la vida.

Un día de montaña es una clase de filosofía, geografía, biología, lenguaje, religión, música…

Un día de montaña es...

http://www.youtube.com/watch?v=ebSdDqZ6pFU

miércoles, 4 de marzo de 2009

EL COMIENZO DE UN SUEÑO II


Las 17:08 en Madrid (aquí ni idea porque no sé ni dónde estoy).

Pensaba de mí que soy una persona inteligente: he estudiado, tengo títulos… De ser así no entiendo por qué al final no llevo nada de comer y me dan envidia mis vecinos cuando abren sus bolsas de cacahuetes. Aquí, en el avión, puedo comprar 3 cositas de chocolate que cuestan 10 $ y no estoy por la labor. Menos mal que de vez en cuando me ofrecen para leer. Tampoco entiendo por qué… Vale, lo entiendo, pero qué fallo tener mi cuaderno en la maleta, pues podría ir pasando esto al diario, ni por qué llevo las gominolas en las maletas grandes, o el chorizo… Habría sido la envidia del avión y todos los niños se habrían hecho amigos míos.

Vale, es por no llevar más bultos, por si no podía pasarlo. Date cuenta que llevo en la maletilla toda mi ropa y algún libro. ¿Metí historias de la Biblia? No me suena.

Otra cosa que no comprendo es por qué yo estoy en el pasillo y los que están en ventanilla en su mayoría la tienen bajada y o leen, o ven la tele, o duermen, como Adrien Brody-pelucón que se va a hacer daño en el cuello. Un niño, como no, es de los pocos que la tienen abierta y miraba al despegar; por eso quiero ser yo como un niño.

Voy a probar a lavarme los dientes en el avión. Si orinar es toda una aventura, esto tiene que ser interesante…

La luz, el agua, ¿papelera? ¡Y hay vaso parar enjuagarse! Espero que el agua sea potable, porque yo he echado un trago.



Las 17,50 en Madrid.

Qué maja es mi Amiga Sandra; me ha regalado un librito precioso: “el lugar más bonito del mundo”. Se lo recomiendo a todo el mundo. ¿Por qué? Léelo. Sandra siempre tiene un libro para regalar según la ocasión y siempre llega al corazón. En cuanto he terminado de leerlo se lo he dejado a Angelina.

Sor Angelina no puede dormir en el avión, no habla, ni se levanta, ahora lee, pero no se mueve…

¡He visto que hay minipizzas para cenar!

Sandris, Sandra, fue mi compañera de aventuras en Venezuela. Íbamos juntas en el avión, dormíamos juntas, meábamos a la vez (en distintos servicios). Sé que de buena gana se hubiera venido, pero en esta ocasión se ha quedado en un lugar muy bonito en el mundo, tan bonito…

Yo si hubiera estado donde Sandra me sentiría muy feliz, pero para este verano mis aspiraciones eran… volar lejos.