jueves, 26 de noviembre de 2009

RESERVAS

Al acercarse el día de mi cumpleaños, uno de mis grandes deseos para ese día siempre ha sido un amanecer nevado.

Al fondo, Peñalara viste igual que en verano; ni un mísero punto blanco se deja ver por la cima.

Miro al Chorro y para nada se ve el salto de agua que cae jovial por la ladera rocosa cada noviembre.

El pantano que “abastece” a la ciudad es un hilo de agua. Uno puede pensar que es el desierto, pues más que de agua es una gran reserva de arena.


Ayer veía un cartel: “Segovia 21 y Bezoya tienen agua; Segovia no.”

Poco antes de llegar al Pontón se ubica la recién inaugurada Faisanera. He ahí un campo de golf para el disfrute de unos pocos…

¿De dónde sacarán el agua para mantener verdes las pistas? ¿No podrán construirse unas pistas de pádel o de baloncesto, las cuales no hay que regar con litros, decalitros y hectolitros de agua?

En lenguaje coloquial: yo lo flipo.