domingo, 12 de diciembre de 2010

MI BEBÉ




Vi llegar a Jesús un día de julio a aquel hogar en el que yo vivía. No entendía cómo, de repente, un niño llegaba y la hermanas empezarían a hacer por él lo que sus padres nunca hicieron: cinco horas de ida y otras tantas de vuelta para llevarle a Guatemala capital al médico, búsqueda de un medicamento que a saber dónde lo vendían y mucho más… Por él llegaron, incluso, a poner aire acondicionado.

Por él aprendí a agarrar a un bebé y quererlo como si fuera mi sobrinito. Él lloraba cada vez que lo dejaba en la cuna. Yo le llamaba “mi bebé”.

Hace unos días hablé con mi gente guatemalteca y m enteré de que en la audiencia se ha decidido entregar al bebé a sus tíos. Espero que ellos no sean tan miserables como sus padres, que me atrevo a decir que le concibieron sin amor y nació en la desgracia de unos papás que no quieren a su hijo.

No entiendo por qué han arrebatado a ese bebé del atisbo de felicidad que conoció y han quitado a esas hermanas-madres a un niño por el que han dado su tiempo, su cariño y hasta el dinero que no tienen.

Esta Navidad, ¿cuánto vas a gastar en regalos? ¿Y en lotería? ¿En turrones y demás? ¿Y en Nochevieja?

Yo en estos días voy a mandar dinero de forma segura a mi gente, y me he acordado de ti... Si quieres simplemente practicar la justicia en Navidad, te invito a hacer un ingreso en esta cuenta que un día cree y se ha convertido en la cuenta solidaria: 0049-5415-43-2497404293 (Santander Central Hispano).

Dame el aguinaldo, carita de rosa,
que no tienes cara de ser tan roñosa.
Y si me lo das, o no me lo das...
Gracias igualmente y feliz Navidad.

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