Un polígono es un lugar feo, gris, pensado para coches y camiones, sin espacio para los viandantes…
Me di cuenta el otro día cuando dejé a mi Paco (no, no, Paco es mi coche) en el taller del concesionario.
Un taller de concesionario es un lugar llevas el coche a la revisión para recogerlo después y pagar un pastón por hacerte no se qué cambios de los que yo no me entero (salvo cuando cambiaron los neumáticos).
Le dije al buen hombre hace dos años que me cambiara las escobillas y dice que con limpiarlas basta, así que además es un lugar donde no te hacen caso.
Y si tienes averías, un taller de concesionario es un lugar donde te sacan una muela, un ojo, o algo más de lo que me sacó el otorrinolaringólogo (no, no me sacó la campanilla, pero mi bolsillo dijo “¡Ay!” a la hora de pagar).
Pagar es soltar dinero, dar la tarjeta y el D.N.I., añadir parámetros negativos a la cuenta…
A mí me pueden hablar de muchas cosas y me puedo enterar de todo, a medias o de algo, pero cuando me habló el otro buen hombre lo único que entendí es que Paco no estaba bien y que sólo Master Card y el tiempo podrían solucionarlo.
Menos mal que estaba mi padre para ayudarme, y llegamos al “Sanatorio del Automóvil”. Aquel hombre de ojos azules y rostro oscuro (no por el sol ni por su naturaleza) colocó a Paco en una máquina y por primera vez vi los bajos de mi coche, por primera vez mi coche me miró desde arriba…
El “Sanatorio del Automóvil” es un lugar donde un arreglo cuesta la mitad que en taller oficial, hablan más clarito, son francos, te dejan ver el coche desde arriba o te enseñan una pieza de coche rota.
Una oficina no siempre es un lugar nuevo, limpio, silencioso, con nuevas tecnologías… Me he dado cuenta al ir a pagar.
Yo nunca supe qué era un virus, un gusano o un troyano hasta que los mismos no infectaron mi PC. Yo no sabía lo que era una avería de coche y ahora puedo definirlo con una palabra.
Una avería de coche es una putada.
2 comentarios:
Jajaja, me encanta que tu coche se llame Paco.
Yo aún no me siento preparada para tener coche; cada vez que cojo el de mi madre acabo atacada de los nervios... De momento me siento entregada a San Pies, que me llevan y me traen, y tan felizmente ;)
Me ha encantado este post.
¡Qué crack!
Diría que me siento completamente identificado, pero no habría sabido expresarlo con tan buen humor y comprensión como lo haces.
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