¿Te imaginas que vas un día de compras y te encuentras con tu cantante favorito? ¿Y que a raíz de ese encuentro entablas una amistad?
No fui yo. Era Nuria quien iba de compras por las calles de Granada. Buscaba una chaqueta, y parecía no ser su día de suerte. Recordó que en una tienda, Menkanta, había ropa y tal vez podría encontrar lo que buscaba.
Pero lo que encontró fue a...
¿Elena Bugedo? ¡Elena Bugedo!- dijo para sus adentros animándose a preguntar.
- ¿Eres Elena Bugedo?
Y respondió afirmando y sorprendida de que una de tantas personas que entran en la tienda la conociera. Hay muchos cantautores en Granada y ella es una de tantos.
Pero Elena no es “una de tantos”; está entre nuestros cantantes favoritos. Tiene mucho arte, sentido y sentimiento. Sus letras y su música son especiales, y su talante…
Y Nuria tampoco es “una de tantas”. Un encuentro con ella puede ser suficiente para comenzar una bonita amistad. Quien la conoce cree en la magia y en las hadas.
La amiga de Elena estaba de viaje y ella estaría esos días al cargo de la tienda y por eso estaba de dependienta. ¿Fue una coincidencia? ¿Fue fruto del azar? No, amigos, no. Fue pues aquel encuentro un comienzo.
Mira por dónde, Pili llegaría a Granada el último día que Elena iba a estar en la tienda.
Llegué, bajé del bus y corriendo fuimos a verla, antes de que cerrara la tienda. Allí estuvimos Nuria, las niñas y yo con la mismísima Elena comiendo el bizcocho que Nuria había hecho.
Pasan los meses, casi los de un parto, y el viernes pasado pude volver a ver a Elena Bugedo y Fede Comín en La Libertad 8, en la presentación del disco “mira cómo tiemblo”. Qué concierto más estupendo.
Al final fuimos a entregarla un dibujo, uno de los mejores dibujos del mundo que una niña había hecho sobre una canción, y a saludarla.
Entre tanta gente seguro que no se acordaría de mí. Pensaba decirla: “soy aquella que te vio en la tienda, la de Segovia…”
Pero casi ni me dio tiempo a preparar el discurso.
- ¡Hola!- Dijo ella.
- ¿Te acuerdas de mi? ¡Se acuerda de mí! – No me lo podía creer.
- Sí, eres la amiga de Nuria, nos hemos visto muchas veces.
¡TOOOOOOOOOOOOOOMAAAA!
..........................................
EL ALMA Y LA SONRISA
Pillada por sorpresa
un día apareciste
dejándome deshecha
la cama, y el despiste.
Rodando en estas manos
que no dan pié con bola
y en espiral girando
como las caracolas.
Que no me queda tiempo,
que tengo mucha prisa
y aún me están doliendo
el alma y la sonrisa.
Si digo de quererte
nos pille confesados,
que esta mujer ardiente
no entiende de pecados.
YA ESTAMOS TARDANDO EN DECIDIRNOS
UNA DE DOS, O AMARNOS O MORIRNOS.
TE DEJARÉ LLEVAR LOS PANTALONES
SI PROMETES NO DEJARME ECHA JIRONES
EL ALMA Y LA SONRISA.
Mira que parece
que voy pisando fuerte.
Me volveré pequeña
a la hora de quererte.
No te daré la espalda
si tú vienes de frente
y si me vuelvo loca
me sigues la corriente.
PORQUE AÚN CREO EN LAS HADAS
y vivo entre las nubes,
duermo por las mañanas
y hablo con los querubes,
me vuelvo insoportable
a poco que me esmere
y soy capaz de darte
la vida si la quieres.
Para que los conozcáis:
- http://www.miracomotiemblo.es/
- http://www.myspace.com/miracomotiemblo
jueves, 30 de octubre de 2008
miércoles, 22 de octubre de 2008
Una invitación muy especial
Me llegó vía email y no era publicidad de Greenpeace ni de Viajes el Corte Inglés, MSN o Segovia 2016. Tampoco era spam, ni esas presentaciones de “consejos para vivir” o “para mi mejor amigo” que manda quien hace años luz que no se de su vida.
¡Por fin! No ha sido nada fácil, no sólo pedir ayudas para conseguir material, la mano de obra… También ha sido muy costoso elaborar los documentos necesarios, y sobre todo que lo aprueben. No lo entendía: están haciendo algo que va a mejorar el país, si, el país, y en lugar de ayudar ponen trabas.
En esas aulas hace unos meses enseñaba a los chicos a cantar y a tocar la guitarra.
En los soportales del centro me sentaba a contemplar la naturaleza, a leer o escribir y terminaba dormida.
Vi cómo trabajaba D. Beltrán pintando las paredes.
Vi a Sor Aracely haciendo papeles, a la gente que iba a echar currículum, al Profe frente al ordenador preparando documentos.
Mis últimos días en Livingston los dediqué a hacer fotocopias para ello.
Y para algunos de vosotros también es muy especial. ¡Gracias a vosotros tiene una buena instalación eléctrica!
Antes de partir a Guatemala os pedí que me ayudarais con medicamentos, ropa y dinero. Todo eso llegó, y entre ello más de 1000 euros que me disteis de forma generosa y desinteresada.
Llevaba unos días allí y Sor Aracely había estado fuera, apenas la conocía. Nada más llegar ya había gente esperando para hablar con ella. La vi que hablaba con un señor y paseaba alrededor del centro. Por fin terminó de hablar con la gente y se acercó a la mesa donde estaba, me dedicaba a preparar canciones y hablar con Henry, “el profe”. Nos dijo que había hablado con el electricista, que pedía una cantidad de dinero que no podía asumir, por lo que tendría que hacer modificaciones para que rebajara el presupuesto. Entonces le dije que yo llevaba un donativo que había recogido; en quetzales más de 10000. A Sor Aracely le cambió la cara. Sí que podrían poner la instalación eléctrica que estaba prevista.
No sabéis lo importante que es que salga adelante ese centro. Por una parte, sabemos que la educación es futuro, es vida, abre puertas… Por otra parte la de puestos de trabajo que se crean, más en ese lugar donde salvo en el comercio y el transporte (en lanchas) apenas hay puestos de trabajo.
El día 25, el sábado, será la inauguración. Cuánto me encantaría estar. Cerraré los ojos y volaré para allá.
Y hablando de invitaciones, este domingo 26 a las 12,15 contaré mi experiencia misionera. Será en la iglesia de San José. ESTÁIS TODOS INVITADOS. En esta ocasión no habrá “huevofritada” pero después podemos tomar el vermut.
lunes, 13 de octubre de 2008
El niño de la foto
“Por cierto, hoy conocimos a Pedro, un chiquillo (¡MARAVILLOSO!) de unos 10 años, de lo más cariñoso y gracioso, que no puede hablar, sólo emite sonidos. Nos pasamos toda la mañana con él. Sus padres no se preocupan y viene a casa de las hermanas, donde tiene las puertas abiertas, comida y sobre todo cariño”
Estaba en Santa Catalina, en el Delta del Oricono, Venezuela, y era 26 de Julio de 2006.
Pedro es el niño de la foto. Buscando en mi diario de Venezuela creía que había escrito más sobre él porque de tanto que vi, tanto que aprendí, tanta gente que conocí, Pedro es de los que más me marcaron. Y testigo de ello es esa foto que encabeza el blog. Fijaros en su sonrisa, en su mirada, en su cabeza apoyada en mi hombro y la mía recostada sobre la suya. Hacía unas horas que nos habíamos conocido y ya éramos Amigos.
Todo empezó por la mañana, cuando desayunábamos con las hermanas (en esta ocasión Misioneras de Acción Parroquial). De repente escuchamos una especie de grito que nos sobresaltó. Entonces vimos aparecer a Pedro. Él no hablaba, por lo que nos comunicábamos jugando, abrazando, sonriendo… En poco tiempo nos conquistó a Sandra, Elena y a mí, y esa mañana la pasamos enterita con él. Yo le dejé el móvil e hizo muchas fotos, creo que nunca había visto ni hecho algo similar. Había en la casa un cuatro (instrumento típico como una pequeña guitarra con cuatro cuerdas) e intenté enseñarle a tocarlo, él empezaba a canturrear. Nos hicimos muchas fotos con él. No queríamos que se nos olvidara este niño.
Para él, a pesar de su corta edad, la vida no había sido nada fácil, más bien todo lo contrario. Tenía una señal en su cabeza. En cierta ocasión su madre le había intentado clavar un machete. Podía pasarse horas y horas fuera de casa, a sus padres no les preocupaba
Pedro podría ser un niño irascible. Y sin embargo es todo cariño, así se nos presentó. Fue tan grande el amor que recibimos de él y el que pudimos dar... Espero que él también guarde ese día como uno de los más hermosos de su vida.
La última noticia que tengo de él fue el año pasado. Le mandamos algunas fotos y dicen las hermanas que se puso muy contento y las llevó al colegio.
¿Por qué tengo esa foto? Porque es de incalculable belleza. Ahora que conocéis un poco más a ese niño seguro que estáis de acuerdo conmigo.
Estaba en Santa Catalina, en el Delta del Oricono, Venezuela, y era 26 de Julio de 2006.
Pedro es el niño de la foto. Buscando en mi diario de Venezuela creía que había escrito más sobre él porque de tanto que vi, tanto que aprendí, tanta gente que conocí, Pedro es de los que más me marcaron. Y testigo de ello es esa foto que encabeza el blog. Fijaros en su sonrisa, en su mirada, en su cabeza apoyada en mi hombro y la mía recostada sobre la suya. Hacía unas horas que nos habíamos conocido y ya éramos Amigos.
Todo empezó por la mañana, cuando desayunábamos con las hermanas (en esta ocasión Misioneras de Acción Parroquial). De repente escuchamos una especie de grito que nos sobresaltó. Entonces vimos aparecer a Pedro. Él no hablaba, por lo que nos comunicábamos jugando, abrazando, sonriendo… En poco tiempo nos conquistó a Sandra, Elena y a mí, y esa mañana la pasamos enterita con él. Yo le dejé el móvil e hizo muchas fotos, creo que nunca había visto ni hecho algo similar. Había en la casa un cuatro (instrumento típico como una pequeña guitarra con cuatro cuerdas) e intenté enseñarle a tocarlo, él empezaba a canturrear. Nos hicimos muchas fotos con él. No queríamos que se nos olvidara este niño.
Para él, a pesar de su corta edad, la vida no había sido nada fácil, más bien todo lo contrario. Tenía una señal en su cabeza. En cierta ocasión su madre le había intentado clavar un machete. Podía pasarse horas y horas fuera de casa, a sus padres no les preocupaba
Pedro podría ser un niño irascible. Y sin embargo es todo cariño, así se nos presentó. Fue tan grande el amor que recibimos de él y el que pudimos dar... Espero que él también guarde ese día como uno de los más hermosos de su vida.
La última noticia que tengo de él fue el año pasado. Le mandamos algunas fotos y dicen las hermanas que se puso muy contento y las llevó al colegio.
¿Por qué tengo esa foto? Porque es de incalculable belleza. Ahora que conocéis un poco más a ese niño seguro que estáis de acuerdo conmigo.
………………….
Muchas gracias a todos los que pasasteis ayer por mi vida en forma de mensaje, e-mail, llamada telefónica. Son esos detalles los que nos hacen felices, los que hacen que haya días más especiales que otros.
martes, 7 de octubre de 2008
49,99
Es el dinero que tenía en la cartera. En realidad no sabía cuanto llevaba, pero tras preguntar cuánto era la broma me ha dicho que 50€ y yo he sacado billetes, he volcado el monedero y tenía 49€ y 99 céntimos. Lógicamente, el centimillo me lo ha perdonado.
Y es que yo quiero escribir pero entre unas cosas y otras…
Hace dos semanas estaba en plena novena de la Fuencisla, esto es que durante 9 días (aunque he fallado alguno) he ido a la novena con misa inclusive a la Catedral a las 7 de la mañana. Esto hacía que al llegar la noche no tuviera ganas de Internet; consideré más oportuno dormir. Alguno puede pensar que estoy loca, que eso es idolatría o fanatismo puro, pero os aseguro que no adoro una imagen por muy guapa que sea la Virgen de la Fuencisla, que simplemente es amor de Madre, tiene algo que llama al encuentro.
Por fin tengo tiempo y surge un imprevisto. La semana pasada descubrí que tenía troyanos. Son virus que además de ralentizar el ordenador y volverle un poco loco, permiten el "acceso a usuarios externos" al ordenador. Le tuve que llevar al médico y me dijo que habría que formatear. No problem porque tengo dos discos duros y sólo perdía los programas y eso es fácil conseguirlo.
Y qué queréis que os diga, los virus son maravillosos: abren la mente, despejan, dan alas…
Y todo porque, a pesar de que lo echo de menos y me viene muy bien, me hace falta, etc. es maravilloso estar unos días en casa sin ordenador. Cunde más el tiempo, haces cosas que él no permite hacer porque termina absorbiendo. Tanto ha sido así que incluso he empezado a leer un libro de Benedicto XVI.
Hoy, tras esa factura de 50€, me han devuelto el ordenador, y aquí me tiene colgada ante su pantalla.
Tengo ganas de contar muchas historias y no quiero aparcar ninguna. Espero que, pasada esta racha, pueda escribiros con más asiduidad.
Nos vemos entre las nubes.
Y es que yo quiero escribir pero entre unas cosas y otras…
Hace dos semanas estaba en plena novena de la Fuencisla, esto es que durante 9 días (aunque he fallado alguno) he ido a la novena con misa inclusive a la Catedral a las 7 de la mañana. Esto hacía que al llegar la noche no tuviera ganas de Internet; consideré más oportuno dormir. Alguno puede pensar que estoy loca, que eso es idolatría o fanatismo puro, pero os aseguro que no adoro una imagen por muy guapa que sea la Virgen de la Fuencisla, que simplemente es amor de Madre, tiene algo que llama al encuentro.
Por fin tengo tiempo y surge un imprevisto. La semana pasada descubrí que tenía troyanos. Son virus que además de ralentizar el ordenador y volverle un poco loco, permiten el "acceso a usuarios externos" al ordenador. Le tuve que llevar al médico y me dijo que habría que formatear. No problem porque tengo dos discos duros y sólo perdía los programas y eso es fácil conseguirlo.
Y qué queréis que os diga, los virus son maravillosos: abren la mente, despejan, dan alas…
Y todo porque, a pesar de que lo echo de menos y me viene muy bien, me hace falta, etc. es maravilloso estar unos días en casa sin ordenador. Cunde más el tiempo, haces cosas que él no permite hacer porque termina absorbiendo. Tanto ha sido así que incluso he empezado a leer un libro de Benedicto XVI.
Hoy, tras esa factura de 50€, me han devuelto el ordenador, y aquí me tiene colgada ante su pantalla.
Tengo ganas de contar muchas historias y no quiero aparcar ninguna. Espero que, pasada esta racha, pueda escribiros con más asiduidad.
Nos vemos entre las nubes.